domingo, 5 de junio de 2011

Pedagogía del Oprimido _ La educación como práctica de la Libertad

ANÁLISIS SOBRE LOS LIBROS

Freire, P. (1979). Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI.
México.
Freire, P. (2004). La educación como práctica de la
Libertad. Siglo XXI. Argentina.

Participante: Trina Loreto C.I. 8790546
Facilitadora: Dra. Feryeny Padrino



Una vez leído y analizado el material asignado  se da respuesta a las interrogantes, en cuanto al contexto epistémico, nudo gordiano, realidad educativa actual y vivencias en el acompañamiento al autor.

La  propuesta de Freire en su obra Pedagogía del Oprimido es que los seres humanos desarrollen la capacidad de comprender críticamente como existen en el mundo, que aprendan a ver el mundo no como realidad estática, sino como procesos de cambios. El concepto clave de esta concepción es la concientización, vista como el proceso de aprendizaje necesario para comprender contradicciones sociales y tomar medidas contra las relaciones opresoras. Para Freire, la educación debe ser un aporte inmediato al desarrollo social en un sentido emancipatorio de quienes están marginados socialmente.

Las injusticias del ámbito humano en América Latina, dan a la obra de Freire parte de la idea que la educación nunca puede ser neutral e independientemente de su forma concreta siempre tiene una dimensión política. Freire diferencia básicamente dos prácticas de la educación: La educación para la domesticación y la educación para la liberación del ser humano. La educación para la domesticación funciona como acto de mera transmisión de conocimientos, al que denomina “concepto del banquero”. El carácter antidialógico de este tipo de instrucción es adecuar al ser humano a su entorno, desactivar su propio pensamiento y matar su creatividad y capacidad crítica a efectos de asegurar en última instancia la continuidad del orden opresor y salvaguardar la posición de las elites dominantes. Al “concepto del banquero” Freire contrapone la educación problematizadora que se cuestiona a sí misma y a su entorno de manera constante.

Sin lugar a dudas el diálogo es el elemento central de la pedagogía crítica, en resistencia a la violencia de cualquier tipo y en especial al autoritarismo presente en las relaciones de poder en las instituciones y procesos educativos. Valga subrayar que en la corriente conceptual crítica, el diálogo es la fuerza integradora del lenguaje de la crítica con el lenguaje de la posibilidad. Este enfoque supera la dicotomía tradicional entre el discurso y la acción, y concibe entre ambos diversas relaciones y fuerzas transformadoras en contextos democráticos y participativos.
Pero es en la obra de Freire, donde el diálogo alcanza su máximo significado educativo y humano.

La perspectiva dialógica de Freire, entendida a veces de forma restringida a las relaciones de los profesores y alumnos, es una sugerencia de acción más universal que no se queda presa en las cuatro paredes de la escuela, sino que por el contrario abarca al conjunto de la comunidad de aprendizaje incluyendo padres y madres de familia, profesorado, alumnado, bajo el supuesto que todos influyen en el aprendizaje y todos deben planificarlo conjuntamente. Es para destacar que el método de alfabetización desarrollado por Freire, convirtió esta reflexión epistemológica en una realidad vigente aún en la actualidad.

El diálogo en Freire es también el lenguaje de la esperanza, de sueños posibles y de caminos realistas para conseguirlos. Esta concepción tiene como punto de partida que somos seres capaces de transformación y no de adaptación pese a que Freire considera que la escuela es un aparato ideológico del Estado y de las clases dominantes, cuya función principal es la reproducción social, también cree que los sujetos pueden intervenir para cambiar esa realidad. La persona y su entorno se relacionan de forma dialéctica, cuando la persona piensa y actúa sobre lo que le rodea lo modifica, al mismo tiempo que el entorno (objeto) influye y actúa sobre el sujeto.

Según la visión de Freire la educación se convierte al mismo tiempo en un ideal y un referente de cambio al servicio de un nuevo tipo de sociedad, conectando la teoría y las prácticas sociales con los aspectos más profundos de la liberación, y ese enfoque no escapa de la realidad actual y se puede valorar su visión como algo más que la formulación de un pesimismo crítico, pues este enfoque ha aportado una dimensión nueva a la teoría y práctica educativas,  porque conecta el proceso de lucha con las particularidades de las vidas de la gente, abogando por una fe en el poder de los oprimidos para luchar a favor de su propia liberación, con lo cual los educadores de la actualidad y que entendemos los cambios para bien, estamos identificados y debemos llevar a la práctica todos esos aportes de gente como Freire para lograr en los estudiantes el verdadero objetivo de la educación como es una formación integral.

Acompañar a Paulo Freire en esta obra, es placentero, ya que  nos presenta  un plan para la liberación auténtica del hombre, sea opresor u oprimido, criticando  el sistema tradicional de la educación (lo que él llama “la educación bancaria”) y presenta una nueva pedagogía donde los educadores y los educandos trabajan juntos para desarrollar una visión crítica del mundo en que viven.

Por otro lado, luego del paseo hecho por la obra: La educación como práctica de la Libertad, se observa como Freire deja bien claro su deseo de que  que el oprimido adquiera una conciencia crítica: las personas han nacido para comunicarse entre ellas, y esto es posible  por una pedagogía para la libertad. Se necesita una sociedad con  condiciones favorables, sociales, políticas y económicas. A través de una concienciación de las personas por medio de la alfabetización, se puede llegar a la democracia que rompa con los esquemas de la sociedad cerrada. La pedagogía de Freire podría denominarse como “de la conciencia”.

Freire denota La Educación Popular como el resultado de las necesidades de los grupos y clases sociales más explotadas, que en la educación encuentran la vía para romper con los esquemas de la sociedad cerrada. Es una concepción que propicia el desarrollo de un pensamiento crítico a partir de la práctica sistemática de la reflexión y el debate crítico sobre las experiencias de vida de los participantes.

En esta concepción se encuentran muy bien delimitados los componentes didácticos del proceso educativo, evidenciando la particularidad de que el mismo se puede propiciar en un contexto abierto, es decir no aúlico. Es una concepción que propone modelos de ruptura, de cambios, de transformación total.La metodología que presenta Paulo Freire, sustentan la educación en la actualidad. El principio de la individualización se presenta en Freire a través de la valoración del individuo como ser único, irrepetible, necesario y valioso para el proceso educativo centrado en el diálogo. En relación al principio de autonomía, el teórico hace bastante hincapié en la necesidad del hombre de alcanzar su libertad y desde ella proyectarse hacia su perfección.

De manera tácita Freire presenta la propuesta de un Aprendizaje Significativo (Ausubel), para él es necesario que los individuos internalicen lo aprendido de manera que se traduzca en su vida cotidiana. Freire asume verdadera y honestamente, su vocación de educador debido que actúa de manera activa sin amilanarse para transformar la realidad.

En este sentido es clave la frase de Freire en que señala que el hombre no se libera sólo sino en comunión con los demás. La criterialidad individual y colectiva, tan difícil de lograr en la actualidad y la cual es una de las exigencias de los diversos enfoques educativos queda salvaguardado por la novedad del método de alfabetización propuesto por el autor.

Éste formula novedosamente una respuesta apropiada para este contexto específico con sus necesidades también específicas. Desde esta metodología se desprende con claridad la presencia del principio de la actividad ya que es el propio sujeto quien y desde quien se reconstruye la realidad que se vive. El sujeto a quien se dirige el método es aquel que en la realidad hace posible este proceso. La propuesta de Freire logra ser eficaz gracias a que este hombre pudo captar la unidad indivisible que se da entre lo que llamamos la teoría y la práctica. Fue capaz de desarrollar todo su esfuerzo desde la propia realidad que vivía su pueblo, realidad concreta y dolorosa, y proyectar una metodología capaz de responder educacionalmente a los desafíos que ésta le planteaba.





REFERENCIAS

  • Freire, P. (1979). Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI. México.
  • Freire, P. (2004). La educación como práctica de la Libertad. Siglo XXI. Argentina.