domingo, 29 de abril de 2012


Trina Loreto C. I. 8.790.546

La Cabeza Bien Puesta, Repensar la Reforma, Reformar el Pensamiento", Edgar Morin (1999)

El análisis presentado por el Dr. Morín en su obra  LA CABEZA BIEN PUESTA, nos permite reflexionar en el papel que nos corresponde a todos los educadores como corresponsables de la formación de las generaciones que pasan por nuestras manos. De allí que debemos asumir nuestro rol en el entendimiento de que somos parte de una sociedad que debe irse desarrollando en la medida en que la educación se transforma hacia el logro del cumplimiento  de los objetivos, orientados hacia la búsqueda de un mundo mejor; por lo que, se hace necesario que el conocimiento se adquiera integrado y relacionado para que el fruto sea una persona capaz de asumir su compromiso con sentido humano.

Por lo tanto, para Morin enseñar la condición humana implica crear condiciones en las cuales cada persona reconozca su identidad terrenal, revelando lo humano de la humanidad y su pertenencia a una comunidad de destino, a una tierra-patria,  pero a la vez ese conocimiento ha de venir acompañado por la enseñanza, en donde el proceso formativo esté guiado en aprehender al ser humano, situado en el universo y a interrogarse sobre nuestro devenir.

Con esta obra, Morin  quiso sentar las bases para una verdadera reforma educativa. Más allá de la connotación reduccionista que puede significar el término enseñanza en el sentido de instrucción, Morin plantea una enseñanza educativa cuya misión habría de ser, no sólo la transmisión de conocimientos, sino de una cultura que permita comprender nuestra condición y ayudarnos a vivir.


Ahora bien, una verdadera reforma educativa, requiere un profundo cambio en los esquemas tradicionales de enseñanza, es decir que trascienda a la reforma curricular. Una postura abierta a la realidad en sus múltiples facetas, enmarcada en una dialógica de aspectos que pueden ser, al mismo tiempo, antagónicos y complementarios.

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